El exsecretario general de la ONU y nobel de la Paz Kofi Annan, fallecido el pasado 18 de agosto a los 80 años, será enterrado mañanaen su Ghana natal, donde se organizó un funeral de Estado y se declararon tres días de luto nacional por quien probablemente sea su ciudadano más renombrado de los últimos tiempos.
Las exequias comenzaron ayer con una capilla ardiente instalada en el Centro Internacional de Conferencias de la capital, Accra, adonde acudieron los ghaneses para darle su último adiós a Annan, y continuaron hoy con la presencia de numerosos altos cargos, líderes tradicionales y diplomáticos.
El Gobierno indicó que ha organizado el funeral de Annan de la manera más simple posible, de acuerdo a los deseos del fallecido.
El ministro de Información, Kojo Oppong Nkrumah, explicó que el servicio religioso del funeral empezará a las 09.00 hora local (igual GMT) y contará con la presencia de líderes de las etnias de las que descendía Annan.
Su último adiós
A mediodía se celebrará el sepelio, que contará con los más altos honores militares, en el cementerio militar de Accra.
Entre los asistentes anunciados hasta ahora destaca el actual dirigente de Naciones Unidas, el portugués António Guterres, acompañado por una delegación del máximo organismo internacional.
Asimismo, se espera a presidentes de naciones del continente como Zimbabue, Costa de Marfil, Liberia, Namibia y Níger.
Su féretro, que llegó envuelto en una bandera de la ONU, ha sido cubierto por una enseña con los colores nacionales -rojo, dorado y verde- y una estrella negra.
Algunos de los que quisieron dar su último adiós a Annan mostraron su descontento al descubrir que el féretro estaba cerrado, pues según la tradición ghanesa -que describe los funerales como ‘un regreso al pueblo de los ancestros’-, se despide a los fallecidos con el ataúd abierto.
Annan entró en Naciones Unidas en 1962 y fue ascendiendo en sus filas hasta llegar a la secretaría general en 1997, función que desempeñó hasta 2006.
Su etapa al frente del principal organismo internacional estuvo marcada por su programa para reformar la institución y por impulsar el apoyo de la comunidad internacional a África y a la lucha contra el sida.
En 2001 fue galardonado con el premio Nobel de la Paz junto a la ONU por “su trabajo por un mundo mejor organizado y más pacífico”.
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